-No, déjalo, de verdad, no merece la pena. Es tanto más fácil seguir lamentándose, lloriqueando sobre lo que podría haber sido y no fue. Ya estoy oyendo todo el blablablá típico en estos casos, "el destino lo quiso de otra manera, qué le vamos a hacer"
, por no hablar de "todo es culpa mia". Después de todo, vivir en un drama es una manera de existir como otra cualquiera.
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