A todos nos utilizan en un momento u otro de nuestra vida. Es más, a menudo lo aceptamos con gusto. Es un trato que se hace para conseguir lo que se quiere o lo que se necesita.
En definitiva, una transacción justa la más de las veces. Pero sentirse utilizado es otra cosa. En ese caso, no eres más que un instrumento de la ambición del otro. Espectador entre el público y testigo mudo de su fantasía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario